¿CUÁL ES EL LUGAR DEL NIÑO EN LA FAMILIA?...
Decimos que los hijos son lo más importante en nuestras vidas, pero cuando analizamos el tiempo que realmente le dedicamos, nos sorprendemos.
Nuestros hechos suenan más fuerte que nuestras palabras.
Pero estamos a tiempo, siempre se puede cambiar.
Los discursos sociales sobre la infancia están llenos de slogans. Muy a menudo se escuchan de boca de los adultos, frases como:” Los niños son el futuro”, “la preocupación primera son los niños”, “un país que no se ocupa de sus niños no tiene futuro”. Pero un niño no es el mañana, es el presente, su nombre es HOY.
Este presente se manifiesta confuso y complicado para la familia actual. No se puede analizar el tema de la infancia y de la familia, descontextualizado de la realidad socio-económica de los argentinos.
Esta realidad nos presenta una familia que, debido a la influencia del llamado “primer mundo” , ha priorizado el ”tener” sobre otros valores; que debe luchar contra las cosas que la sociedad le propone o impone y que no puede alcanzar, con el desempleo o con la inseguridad laboral si tiene un trabajo, o en el mejor de los casos, con ambos padres trabajando fuera del hogar; con un activismo que llena horas de ausencia o intenta cubrir las expectativas de realización personal de los padres, padres que corren de un lado para otro a fin de cumplir con las exigencias laborales, educativas y sociales de toda la familia.
Y en medio de esta realidad, los niños.
María Bonita entrevistó a la Fonoaudióloga Genoveva Bucchioni, especializada en lenguaje.
Quizás deberíamos partir una definición básica: ¿Qué es un niño?
Un niño ante todo es una persona que:
· necesita de los adultos para crecer y desarrollarse en todos los aspectos de su vida ( físico, psíquico y social), lo más sanamente posible.
· Tienen derecho al amor, la protección, el alimento, la educación, al juego y la recreación.
En una sociedad donde como se dice comúnmente” el tiempo es tirano” y los padres se sienten sobre exigidos por las presiones laborales o sociales, ¿cuál es el tiempo que realmente se les brinda a los niños?
Por muchos años nos dijeron que lo importan era el vínculo establecido con los hijos, que no importaba tanto la cantidad de tiempo que se les dedicaba. Ahora se habla tanto de calidad como de cantidad de tiempo. Sobre todo en los primeros años de la vida, la cantidad juega un papel fundamental.
Cuando digo los primeros años, me estoy refiriendo a los 10 primeros años, porque antes se hablaba de la importancia de los primeros tres años. Ahora estamos hablando de la primera infancia que abarca hasta los 10 años, previo a la adolescencia.
Se ha visto que, por lo general, cuando uno se apoya en el concepto de la calidad de tiempo, en desmedro de la cantidad, era porque de alguna manera este concepto nos favorecía como padres, nos permitía acomodarnos.
Disponíamos de un rato para estar con ellos, jugábamos o realizábamos alguna actividad, y ya estaba, porque lo importante era la calidad del tiempo dedicado a nuestros hijos. Pero ahora sabemos, lo dicen los investigadores y estudiosos, que es fundamental la cantidad de tiempo que se comparte.
También se puede dar que estés todo el tiempo físicamente presente, pero ausente en realidad. ¿Qué es más importante, la calidad o la cantidad?
Las dos cosas. Es fundamental que nos interesemos por ellos, preguntarles cosas tan simples como: ¿qué querés?, ¿qué te gustaría?, ¿estás bien?
No les preguntamos a los chicos, uno presupone que tienen que ir ahí, que tienen que hacer tal o cual cosa. Es bueno preguntarles, como nos gustaría a nosotros que nos pregunten. No porque ellos vayan a decir sobre todo, sino para que por lo menos tengan la oportunidad de expresar, de alguna manera, lo que sienten.
Creo que hay que tener en claro que ellos no decidieron venir al mundo , nosotros decidimos traerlos, nosotros como adultos dijimos: “vamos a tener hijos”. Entonces, desde ese lugar, debemos hacernos cargo. Porque si uno decidió en forma responsable ser madre o padre, mínimamente se puede tener idea de lo que esto puede implicar, ya sea porque tiene hermanos, sobrinos o amigos que tienen hijos. Uno ya lo ve en los otros que caminan con nosotros y puede suponer que criar un hijo lleva tiempo.
Esta idea que está planteando ¿no puede llevar al temor o a querer postergar la maternidad por lo que puede significar?
La maternidad / paternidad es una cuestión de tiempos. Hay cosas que los padres tendrán que dejar de hacer. Pero esto no es algo definitivo, porque lo que no se puede hacer ahora en esta primera etapa de la vida de los hijos, se puede hacer después, cuando ellos ya tengan más edad y adquieran cierta autonomía. La cuestión es ir acomodando todo.
Cuando uno tiene ante si varias opciones, sabe que al elegir, con su elección va a ganar algunas cosas y perderá otros. No se puede ser todo y hacer todo a la misma vez. Se pueden ir haciendo las cosas que uno desea o soñó, en los momentos más adecuados para la familia, para toda la familia.
Hay padres que trabajan en relación de dependencia con horarios determinados que dificultan la presencia en ciertos momentos de la vida de los chicos ¿cómo cree que se puede encontrar un equilibrio?
Si, es cierto. Los trabajos en relación de dependencia a veces son complicados y mucho depende del horario de trabajo que se tenga. De todas maneras, creo que en Villa María todavía es posible mantener cierto contacto con los niños. En las grandes ciudades los padres salen a la mañana a trabajar y recién vuelven por la noche. Aquí se puede volver al medio día, si el trabajo lo permite, porque las distancias no son grandes. Algunos podrán estar a la hora del almuerzo, otros podrán llevarlos al colegio o irlos a buscar, encontrarse a la tarde, a la noche o los fines de semana.
Cada familia debe hacer lo que puede, como lo pueda hacer, pero por lo menos debemos detenernos un momento para poder analizar cómo estamos viviendo esta situación se “ser familia”. Pensar en esto, siempre estamos a tiempo para modificar algo o cambiar.
Los padres que trabajan están tan agotados que cuando llegan a la casa, ese tiempo que le brindan no es productivo para el niño.
Es importante el cable a tierra permanentemente, ponernos en el lugar del otro, en el lugar de ellos. Eso es fundamental para poder entenderlos.
A veces los imprevistos de la vida cotidiana pueden afectar nuestras buenas intenciones. Es necesario tratar de ir acomodando los tiempos, si hoy no pude estar con ellos en todo el día, mañana trataré de compensarlo e ir equilibrando todo.
Por ahí veo que los padres somos egoístas. No hay una actividad, ni un proyecto para ellos o que los incluya. Somos nosotros y ellos siguiéndonos. Nadie les pregunta acerca de sus intereses. La vida no debe girar solo en torno a los intereses de los adultos, sino también a los de ellos. Nosotros vamos para acá, vamos para allá, hacemos esto y después lo otro, pero es necesario ponernos en lugar de los chicos, escucharlos, ¿es lo que quieren?, ¿qué cosas les alegran?, ¿qué les gusta hacer?, ¿qué los hace felices?, ¿es bueno esto para ellos?
Es increíble la cantidad de síntomas físicos que manifiestan los niños y que tienen que ver con estas situaciones. Síntomas que aparecen para decirnos:
”Miren, aquí estoy” .El niño expresa con el cuerpo lo que con el lenguaje no lo puede expresar( porque su edad no se lo permite aún), pero hay miles otros e síntomas que se manifiestan en el lenguaje( cuando la edad del niño lo permite): hablar mal, pronunciar mal, trabarse para hablar. Es la única forma que ellos tienen, inconscientemente, de decirnos: “acá estoy”, “escúchenme, soy un niño, “préstenme atención”.
No es que el niño se propone hablar mal, o tener tal o cual actitud, es un acto inconsciente. Pero, ante esos síntomas los padres concurren al consultorio, lo esperan esa media hora, tienen la tarde para ellos, después que salen de la clínica dan una vuelta en el centro, si es verano toman un helado. Muchas veces estas situaciones dificultan el tratamiento, el progreso es mucho más lento porque de alguna manera, ese tiempo que le brindan los padres, es lo que ellos buscaban. Cuando estas cosas ocurren se debe trabajar junto a la psicóloga/o para ver como se soluciona.
¿Qué otros síntomas pueden presentarse?
Yo hablo de los síntomas que tienen que ver con mi especialidad, la fonoaudiología, pero si uno habla con otros profesionales que trabajan con niños, podrán dar observar otros síntomas.
Vuelvo a decir, no es que el niño mienta, sino que a través de esta sintomatología expresa algo que le está pasando.
Como dice Alfredo Jerusalinsky, “los niños no son nada tontos, y siempre tienen muy buenos motivos para hacer lo que hacen o reaccionar como reaccionan”. Y cuando no se percibe el motivo, los que no estamos entendiendo somos nosotros, los adultos.
Por eso, desde todo punto de vista es importante compartir con los chicos y crear un fuerte vínculo con ellos, que nos permita dialogar, expresarnos libremente unos con otros.
Digo, si algunos papás o mamás tenemos dificultad en vincularnos con nuestros hijos, es bueno mirarnos y ver que pasa que no podemos conectarnos o hacernos cargo de ellos. Por ahí tiene que ver con nuestra historia personal, pero creo que es un acto de madurez y responsabilidad poder detenernos y mirarnos para poder cambiar.
Ellos ya están aquí, ya los trajimos al mundo. Ahora es necesario facilitarles el camino para que se desarrollen de manera saludable.
¿Qué función cumplen los padres en esto de formar personas independientes que se puedan desempeñar bien en la vida?
A veces se cree que para que un chico sea independiente y seguro, hay que dejarlo solo. Pero se ha comprobado que los chicos que más afecto y apoyo tuvieron de sus padres, son los que después en la adolescencia mostraron mayor seguridad e independencia. La falta de afecto, el sentimiento de estar solo, genera en el niño inseguridad.
El niño necesita mucho afecto y acompañamiento para que logre ser una persona independiente, autónoma.
La Psicóloga Susana Amblar dijo una vez que como padres debemos “velar” por la independencia de nuestros hijos. Esa frase me gustó mucho. Debemos dejar que nuestros hijos den pasos hacia la independencia, pero como padres debemos estar velando por esa independencia, cuidándolos, estando atentos a ellos.
¿Qué implica esto de ser padres?
Esto de ser padres es todo un trabajo. Un trabajo que se debe compartir en pareja.
Ya son pocas las madres que se quedan a cuidar los chicos mientras los hombres salen a trabajar. Ya sea por deseo de realización personal o por necesidad, la mujer ha salido a trabajar y por lo tanto ha habido un reacomodamiento de los roles familiares.
Este reacomodamiento de roles también se ve en el caso de las mamás solteras y las mamás adolescentes que dada la edad, en muchos casos, no pueden hacerse cargo de su hijo, porque todavía no terminaron de ser adolescentes, no han podido superar la situación de hijas.
¿Qué actividades Ud. sugeriría a los padres, para que realizaran con sus hijos?
Al hablar de dedicarles atención y tiempo a los chicos no nos estamos refiriendo sólo a jugar con ellos las 24 horas. No se puede jugar todo el tiempo. Además hay mamás que no les gusta jugar, no importa. Desde lo cotidiano, desde donde uno puede. Si no puedo sentarme a jugar o a armar un rompecabeza con ellos, lo hago jugar mientras hago las tareas de la casa, jugamos que limpiamos, o jugamos mientras realizamos alguna actividad, le doy un papel para que dibujen. Tratar de interactuar, darle al niño y a las situaciones familiares el lugar que le corresponden. Creo que de alguna manera lo papás sabemos que le sacamos y que le damos a nuestros niños. Debemos aprender a compartir las actividades de la familia con alegría.
A veces nos cansamos o no tenemos gana. Pero nosotros decidimos traerlos a la vida, ellos no tienen la culpa.
Estamos hablando de maternidad/ paternidad planificada, pero en muchos casos esto no sucede así.
Si, por supuesto, pero siempre hay tiempo de cambiar. Tiene que ver con la actitud que asumamos, más allá de cómo fue concebido el hijo. En caso de no poder asumir ciertas cosas, es importante que se pida ayuda. Cada persona puede modificar cosas de su vida, por supuesto que esto también es trabajo y esfuerzo.
Es necesario detenernos y pensar cómo vamos. Podemos hacerlo. Demos una vuelta y miremos atrás. Lo educamos, lo corregimos, pero qué modelo le estamos ofreciendo a nuestros hijos para qué ellos puedan construir una personalidad saludable, sosteniendo siempre el discurso con la acción.Y si como decíamos recién, hay cuestiones que me molestaron en mi vida o que hoy me dificultan, debo trabajar para no transmitirles eso a los chicos. ¿Cómo trabajarlas? Eso depende de la persona y la circunstancia. Hay gente que necesita un apoyo espiritual, otros necesitan de un espacio terapéutico. Otros simplemente puedan encontrar ayuda en alguien que los escuche, o en el apoyo de un amigo o amiga.
Lo importante es ver qué tengo que mejorar para ofrecerles un presente y un futuro mejor a ellos, nuestros hijos.
Graciela B. de Celis
FRASES PARA RESALTAR
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Nuestros niños son el presente, sin presente no tienen futuro.
Cada persona tendrá la oportunidad de modificar los aspectos no deseados e indeseables, cuando tome conciencia de ellos y esté decidido.
Juan José Churruarín
Debemos practicar esto de la paternidad / maternidad responsable y dedicarles a los niños el tiempo que merecen y fundamentalmente que necesitan.
Detengámonos un momento para poder analizar cómo estamos viviendo como familia. Siempre estamos a tiempo, algo podemos cambiar.
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